Un helicóptero de la Policía Científica de Venezuela sobrevoló este martes la sede del Tribunal Supremo de Justicia en Caracas, efectuó disparos y arrojó cuatro granadas. La Guardia Nacional Bolivariana repelió el ataque, que se saldó sin heridos. EL PAÍS pudo confirmar con dos vecinos de la zona que el temerario sobrevuelo de la aeronave, inédito en 18 años de era chavista, se produjo poco antes de las 18.00 (hora local) y provocó el caos entre las personas que a esa hora regresaban a sus casas. De inmediato, la zona fue acordonada. Varios vehículos militares han rodeado el Palacio de Miraflores en lo que parece un plan para defender al Gobierno.
El presidente, Nicolás Maduro, ha condenado el ataque y ha prometido capturar "más temprano que tarde" a la tripulación responsable. El jefe del Estado ha contado que una de las granadas arrojadas no llegó a explotar. “Este es el tipo de escalada armada que he venido denunciando. He activado a la Fuerza Armada Nacional para defender el derecho a la tranquilidad. Yo condeno el ataque y le exijo a la Mesa de la Unidad Democrática (coalición opositora) que haga lo propio”, ha agregado en un acto celebrado en el Palacio de Miraflores.
Más tarde el ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas, ha ofrecido más detalles del ataque, que ha tildado de “una escalada golpista”. Antes de arrojar cuatro granadas sobre el edificio del Supremo, el helicóptero, supuestamente robado de la base aérea Francisco de Miranda, en pleno corazón de Caracas, sobrevoló la sede del Ministerio del Interior y Justicia y disparó, siempre según la versión del régimen, 15 veces a la terraza, donde estaba un grupo de periodistas celebrando su día —en Venezuela se festeja el 27 de junio—. Más tarde, a eso de las 18.15 (hora local), la aeronave aterrizó en el techo de un edificio de apartamentos de la urbanización La Trinidad, al sureste de Caracas. “Estuvo unos 15 minutos en la azotea de las residencias Ríos de Venezuela antes de alzar vuelo de nuevo”, explicó Yagnai Fernández, una vecina del sector, a la periodista Marisela Castillo Apitz.
El helicóptero estaba pilotado por el inspector Oscar Pérez y mostraba una pancarta que decía 350 Libertad, en alusión al artículo de la Constitución que faculta a los venezolanos a desconocer el régimen que contraríe las garantías democráticas y menoscabe los derechos humanos. Pérez colgó varios vídeos en Instagram en los que asegura que forma parte “de una coalición de funcionarios militares, policiales y civiles en contra de este Gobierno transitorio y criminal”.
Pérez ha sido señalado por el régimen como el piloto del exministro del Interior Miguel Rodríguez Torres, quien, como frontal opositor de Maduro, forma parte de la deriva del chavismo que rechaza la inminente instalación de una Asamblea Nacional Constituyente. El exfuncionario rechazó las alusiones del Gobierno en Twitter. “Lamento desmentirlo de nuevo, señor presidente. Siempre volé con helicópteros del Sebin (policía política) al mando del comisario Pedro Pérez”.
Pérez se define en su perfil como instructor de vuelo e investigador de la policía científica. Hasta el cierre de esta información los cuerpos de seguridad intentaban ubicarlo sin éxito. Antes de perderse con rumbo desconocido a bordo de su helicóptero dejó como souvenir para los vecinos la pancarta con la que desafió al régimen en sus propias barbas. Libertad, 350.